Venezia è unica

martes, 28 de julio de 2015

¡Saludos y disculpas!

Antes de explicar nada quiero disculparme por no haber subido nada en más de una semana. He estado ocupada haciendo cosas con la niña y además he leído UN MONTÓN. Los problemas con Internet ya están solucionados y a partir de ahora volveré a la mínima-una-entrada-por-semana, de verdad.

Madre mía, ya es mi tercera semana aquí. Cómo pasa el tiempo...

Empezaré explicando cómo fue la excursión a Venecia del domingo 19. Salimos temprano por la mañana, antes de las 8, y después del viaje en coche y el último trayecto en tren, llegamos a la preciosa ciudad a eso de las 10. Quiero destacar que fuimos en el peor día del año en cuanto a calor se refiere, puesto que los 40 grados no son muy llevaderos en una ciudad de calles estrechas y canales por doquier, donde la humedad es protagonista. La muerte parecía una solución factible, aquel día.

Pero continuemos. Al llegar a Venecia, fuimos a la plaza del Ghetto, donde nos encontramos con un amigo de la familia que vive en la ciudad y nos la iba a enseñar. Era de Londres, así que hablé muy cómodamente con él en inglés –a quien le gustó mi acento y eso me hizo muy feliz. Le comentamos que lo principal de Venecia ya lo habíamos visto todos, así pues no era necesario hacer un súper tour con ese calor infernal, sino que preferíamos dar un paseo. Así que la ruta no fue muy turística, aunque me gustó porque recorrí calles que pude reconocer del viaje que hice años atrás. Además me entretuve haciendo fotos a cada recoveco.

 

Más fotografías en mi InstagramFacebook

Lo que sí quería una cosa, pasar por el Puente de Rialto. Y así fue. No sé por qué, pero tanto el puente como las calles que hay en ambos extremos me encantan.

Foto desde el puente.
Después continuamos caminando, no sin antes tomar algo en un bar y refrescarnos, hacia la Iglesia del Redentor. Esta iglesia se construyó cuando los venecianos dejaron atrás la peste que arrasó un tercio de la población en dos años (1575-1577), como agradecimiento a Dios. Es famosa porque el tercer domingo de Julio –cuando fuimos, se celebra la Festa del Redentore, con fuegos artificiales la noche anterior y una gran procesión ese día. Se sitúa en la isla de Giudecca, por lo que hay un puente que colocan solo ese fin de semana que atraviesa el canal para que tanto la propia procesión como los fieles puedan llegar fácilmente a la iglesia. Así que aprovechamos para verlo y caminar sobre el laaaargo puente, y comimos cerca de allí, en el puerto. Cuando regresábamos al puente, nos encontramos con una regata de góndolas que hacían por la fiesta que os he comentado, así que fue una bonita sorpresa.


Otro sitio que visitamos fue un pabellón, el de Guatemala, con motivo de la Biennale di Venezia, y nos encontramos con la exposición Sweet Death, que la categorizaría entre lo creativo y lo siniestro. Aunque espero que, si vuelvo, pueda visitar otros pabellones. No hicimos mucho más porque, con el calor, estábamos todos muy cansados, así que nos dirigimos de nuevo hacia la estación de tren para volver a casa.
Antes de llegar a nuestro destino, pasamos por la casa de una amiga de la familia para recoger a unos gatitos de dos meses que no puede quedarse ella, por lo que ahora tenemos más compañía en casa.

La hembra, que mira a la cámara, es Dora. Él es Theo. (Sí, TheoDora)

Desde ese día, pocas cosas han pasado dado que Giorgia y yo hemos estado en casa, porque con este calor poca cosa se puede hacer fuera. Eso ha hecho que tengamos mucha más confianza, nuestra relación no es únicamente cordial porque estoy en su casa dos meses, sino que es más bien de amistad, y estoy muy a gusto con ella. Yo tuve unos días de bajón, echando de menos mi casa, mi familia y mis amigos, pero tanto Giorgia como los padres me han hecho sentir una más de la familia estos días, por lo que estoy muy agradecida.

Cuando sí hemos salido ha sido el pasado sábado, que fuimos al cine a ver Spy (Espías en España), y pude reírme y entender casi todo, incluidas las bromas y frases hechas, por lo que estoy muy feliz. Y me sorprendió muchísimo descubrir que en Italia, antes de la película, hacen unos 20-30 minutos de anuncios y, en mitad del film, hacen un parón de 5 minutos para poder ir al lavabo. 

¡Ah! Y ha pasado una cosa más. Unos amigos de la familia, que viven cerca de Florencia, vinieron a comer y cenar dos días y les caí muy bien. Decían que se me veía muy alegre y simpática, que siempre sonreía y que era tranquila. Supongo que es verdad y no sólo por decir, ya que hicieron prometer a la madre que me dejaría ir un fin de semana con ellos para enseñarme Lucca junto con Giorgia, si ella quiere. Son muy simpáticos y me reí mucho con ellos, así que yo encantada de ir.

Esta semana subiré la lista de cosas que llevé en la maleta que facturé y en el bolso de mano, además de alguna otra cosilla.


¡Seguiré informando!


20 ideas para outfits

sábado, 18 de julio de 2015

¡HOLA A TODOS!

Esta vez la entrada va a ser diferente. No voy a explicar mi situación, si no que es más bien informativa. Llevo un tiempo queriendo hacer esto y al final he decidido subirlo hoy. Se trata de un simple pero completo post donde mostraré 20 ideas de conjuntos de ropa cómodos y frescos para el verano de una au pair



Y es que una de las cosas más importantes y que en seguida aparece en nuestra mente cuando ya sabemos que tenemos que preparar todo para el viaje es “¿Qué ropa me llevo?”. Facturar todo tu armario no es una opción –ojalá, pero aquí os pondré diversos conjuntos que he escogido gracias a la app de Polyvore y que se asemejan a los que yo misma me he traído a Italia. Son todo outfits de verano, que es la época en la que estoy de au pair, y la verdad es que, por ahora, siento que he acertado con ellos. Tanto para estar por casa como para pasar un día fuera. Y es que el calor de este mes en esta parte de Europa no está siendo normal, así que sí a mí me han sido prácticos estos conjuntos durante el tiempo que llevo aquí, pues es que tan mal no habré escogido.

Y sí, próximamente publicaré una entrada explicando qué me llevé en mi maleta, en los neceseres y en el bolso de mano, que no se me olvida. Prometido está.

No me alargo más y aquí os presento las 20 ideas de outfits prácticos para una au pair en verano. Unos son más de estar en casa o de dar una vuelta, otros más arreglados, etcétera. Hay un poco de todo. Claro está que las cosas cambian según la edad que tengan los niños que vamos a ciudar (recordemos que mi niña tiene 13 años, no es un bebé), pero espero que os sirva de ayuda.




















Finalmente, uno de regalo, por si tenéis suerte de ir a la playa o a la piscina.





¡Seguiré informando!


Prima settimana

¡CIAO A TUTTI!

Siento no haber escrito en estos días, pero es que hemos tenido ciertos problemas con Internet. Aún no está del todo solucionado porque escasean los megas, pero tengo los suficientes como para subir una entrada a la semana, por lo menos.

El miércoles se cumplió una semana de mi inicio como au pair, y ya estamos a sábado. La verdad es que se me ha pasado rápido. Si bien es verdad que los primeros días era todo más lento, porque la mayor parte del tiempo estaba nerviosa y asustada, ahora es todo diferente. Los días son más dinámicos, normales. Desde el primer día he estado muy bien con mi Host Family, ya os conté que era muy cariñosa y que me acogieron con los brazos abiertos. Pero esta semana ha sido mejor aún. Más o menos el lunes fue cuando noté que algo cambió. Después de comer, la madre y yo nos quedamos en la mesa, cuando la niña y el padre se fueron a la piscina. Empezamos a hablar sobre no recuerdo qué, pero acabó contándome cosas sobre la hija, sus padres, experiencias familiares… Noté que me estaba explicando cosas más bien íntimas, que no le cuentas al primero de turno. Sentí que me hacía partícipe de sus anécdotas familiares, de su familia, al fin y al cabo. Estuvimos cerca de hora y media así, contándole también experiencias mías. La cosa no acabó ahí, sino que al día siguiente Giorgia –la niña, se molestó con la madre y ella me preguntó si era normal su comportamiento. Me explicó que este año había empezado a responderle mal, a opinar siempre lo opuesto y todo acababa en discusiones. “Bienvenida a la edad del pavo.” Así que hablamos sobre ese período que todas vivimos, ya que ella quería consejos porque sentía que era culpa suya, pero tampoco sabía que hacer, porque por más que intentaba actuar de forma distinta, el resultado era el mismo. Le conté mi experiencia con mi madre, mis discusiones también diarias y continuas con ella, y el vuelco que la situación ha dado. Este último año, más que madre e hija, somos como amigas. Le cuento todo, nos reímos y pasamos tiempo juntas. Así que le conté más o menos como debía ver el mundo Giorgia ahora y, esa misma noche, la madre me dijo que ahora que lo sabía le era más fácil entenderla. Además nos reíamos porque muchas cosas que la niña decía era lo mismo que le conté que decía yo a su edad: las mismas excusas, los mismos argumentos.

Respecto a la niña, también la noto mucho más cercana. Hemos pasado algunas tardes viendo vídeos o programas de televisión y eso ha hecho que nos riamos de algunas cosas y que sigamos haciéndolo al recordarlo. Y es que esto funciona, tomadlo como consejo.


Ver programas de humor une a la gente.

De verdad. Es sencillo pero cierto. Incluso nos reímos cuando la ayudo con los trabajos de verano. Además, el jueves fuimos a la piscina municipal, donde estaba TODO el pueblo –recordemos que esta semana llegamos a los 40 grados, y estuvimos muy a gusto escuchando música en el césped, yendo al bar a tomar algo y a la piscina a nadar. Al llegar a casa, decidimos quedarnos en mi habitación viendo el Coca-Cola Summer Festival y estuvimos toda la noche cantando las canciones, opinando sobre las actuaciones y la ropa, bailando, riendo y haciendo fotos. Cuatro horas así, fue genial. Hasta la madre vino antes de acostarse a hacernos una foto porque le encantaba que estuviésemos riendo y disfrutando de aquella forma. Es más, ahora mismo me está ayudando a preparar la ropa de mañana, mientras escuchamos música y reímos de las tonterías más tontas. Estamos muy bien.

Sé que no he hablado mucho del padre, pero con él la relación es menor. Es muy simpático y divertido, pero claro está que las conversaciones no son iguales que con la madre o la hija. Aún así, suele ser él quien dice de ir a cenar fuera o a la ciudad a pasear tomando un helado. Han sido varias veces las que hemos hecho eso –los helados italianos me dan la vida, y la verdad es que hemos estado muy a gusto. He de decir, además, que Ferrara es preciosa incluso de noche.

Antes de terminar, quiero añadir dos cosas que me han alegrado la semana, bueno, más bien el mes entero. La primera es que mis padres ya tienen todo listo para venir a verme el mes que viene. ¡Me hace muchísima ilusión! Les enseñaré la ciudad e iremos a ver otras, les presentaré a la familia si es posible y les abrazaré muchísimo para recuperar el tiempo perdido. ¡En menos de un mes!
La segunda es que…. ¡MAÑANA VOY A VENECIA! Vamos toda la familia y, aunque ya he estado, lo cierto es que fui en Navidad. Me muero de ganas de verla en esta calurosa época del año, sin niebla y veinte capas de abrigo. Y es que es tan preciosa… ¡Así que próximamente habrá una entrada contando la escapada de mañana y publicando un montón de fotos!

Fotografía extraída de Idee Viaggi
Esto es todo por ahora, gracias por seguir leyendo mi experiencia. La verdad es que estoy muy contenta y me siento muy bien aquí, a pesar de algún momento de bajón, todo está saliendo a la perfección. Disfruto del tiempo con la familia y además tengo muchas horas libre, que he aprovechado para jugar con la niña, ir a la piscina y leer ya cinco libros. Si es que cuando me pongo a ello… He tenido muchísima suerte. ¡Hasta los tres perros son adorables a más no poder!


¡Seguiré informando!


Benvenuta in Italia

viernes, 10 de julio de 2015

¡HOLA DE NUEVO!

¡Ya estoy en Italia! Aún no me lo creo. Estos primeros días han sido un poco de toma de contacto y, bueno, lo sigue siendo. Aunque han sido sólo un par de días –hoy es el tercero, os voy a hacer un resumen de mi llegada aquí.

Mi avión salía el miércoles a las 10.20 de la mañana y la madre ya me había dicho que me esperaría en el aeropuerto. Se me hizo todo muy raro porque allí estaban mis padres, acompañándome a facturar el maletón enorme que llevaba, despidiéndose y abrazándome mil y una veces, sabiendo que mi avión salía en una hora y media con destino a Bolonia y yo seguía sin asimilar que no volvía en dos meses. Pero lo que sí estaba era muy nerviosa, pero mucho. Entré en pánico cuando iba de camino a la cola del control de seguridad porque después de eso ya no vería más a mis padres. Estaría yo sola ante los primeros pasos de mi gran aventura. Estuve a punto de llorar, lo reconozco, pero saber que no me iba tan lejos y que podrían venir fácilmente me reconfortaba. No sé que habría hecho de irme a Estados Unidos.

Ya habiendo pasado el control, me dirigí a las puertas de embarque correspondientes a la letra que podía ver en mi billete. La Terminal 1 del aeropuerto del Prat, Barcelona, no indica por megafonía las puertas de cada vuelo, por lo que debes estar atento a las pantallas e indicadores. Pude ver que aún faltaban 30 minutos para que anunciasen mi puerta, así que me senté y empecé a hablar de tonterías con mi madre y mis amigos por WhatsApp, para no pensar demasiado. Finalmente, 40 minutos después, habiendo ido al baño, localicé mi puerta de embarque y me senté al lado del mostrador. Aunque el embarque debía empezar a las 9:50, a esa hora aún no había movimiento. Ni azafatas ni gente en la cola. Quince minutos después, la cola era enorme y ya estaban embarcando a los pasajeros de clase Business. A mi me tocó un asiento de las últimas filas, así que me tocó esperar, aunque fue bastante rápido. Voy a resumir el viaje en avión muchísimo porque salimos con 20 minutos con retraso, me estresé pensando en que la madre esperaría el doble de tiempo y luego me dormí escuchando música. Fin. 



Cuando llegamos a Bolonia –pasadas las 12, fui directamente a la cinta a recoger mi maleta que, por suerte, fue de las primeras y me encontré con la madre. Ya me explicó como iba vestida, aunque la habría reconocido igual porque, además de ser muy alta, la había visto un par de veces por Skype. Subimos al coche y fuimos dirección a su casa, que está a una hora y media del aeropuerto. A pesar de que al principio no sabía que decir, ella me fue preguntando cosas y fuimos charlando, hablamos de la niña, de lo que suelen hacer, de la ciudad, etcétera. También le expliqué cosas sobre mí y mi familia, así que, dentro de lo que cabe, fue un viaje muy ameno. Hubieron algunos silencios incómodos –les tengo PÁNICO, pero finalmente llegamos a casa.

Viven en las afueras de la ciudad, rodeados de naturaleza y de paisajes preciosos. Tienen una casa enorme, además de un jardín con un huerto muy extenso. Al llegar saludé a la hija y me enseñaron mi habitación (mucho más amplia que la de mi casa, con televisión y cama de matrimonio), los lavabos, la cocina, la lavadora, etcétera. Me habían preparado las toallas y un armario entero para mí y Giorgia, la niña, me había dejado unos Mikado y una tableta de chocolate en la cama. ¡Qué mona! Os dejo una fotografía de las vistas que tengo desde mi habitación y de los dulces.


Como en Italia se come mucho más pronto –sobre las 13h, nada más llegar el padre de trabajar, nos pusimos a comer. Cómo no, pasta pero con salsa al pesto, mi favorita. No hace falta mencionar que estaba buenísima, de verdad. No tenía mucho hambre debido a los nervios del viaje, así que me llené en seguida. Después de comer subí a mi habitación a deshacer las maletas y a ordenarlo todo. Los padres se fueron a trabajar y la niña a echarse una siesta, así que yo hice igual. Más tarde, nos despertamos las dos y fuimos abajo a ver un poco de televisión. Al anochecer llegaron los padres y Giorgia me enseñó el jardín, los animales y el huerto y finalmente cenamos, donde pudimos hablar de todo. Antes de la cena, les di los regalos a la Host Family, qud les encantaron. Hicimos un breve Skype desde el móvil con mis padres para agradecérselo, así que fue divertido.


Esa noche nos quedamos Giorgia, el padre y yo viendo la televisión, concretamente un programa que muestran pequeños reportajes sobre accidentes extraños, enfermedades raras, animales exóticos, etcétera. Vamos, un popurrí de curiosidades. Pero era entretenido. Nos quedamos los tres dormidos y, cuando nos despertamos, eran las 2 de la mañana, así que decidimos acostarnos. Tenía miedo de despertarme muy tarde al día siguiente, pero tuve suerte. A las diez estábamos las dos en pie, los padres ya se habían ido a trabajar y bajamos a desayunar. Yogur con cereales y zumo de frutas, buenísimo. Vimos un poco más de televisión –¿he dicho ya que estoy súper feliz porque entiendo casi todo lo que dicen?, y a la ducha. 

Después de comer, Giorgia dijo de ir a Ferrara, al centro de la ciudad, a dar una vuelta con una amiga suya que se va todo el verano, para despedirse. Ellos tienen un estudio allí, además. La madre nos llevó al centro y fuimos de tiendas –a las que estaban abiertas, porque los jueves son el día festivo aquí, pero no vimos gran cosa. Donde si arrasamos fue en el Tiger, igual que en Barcelona. Luego me acompañaron a los sitios turísticos como la catedral, el castillo y el teatro. La ciudad me encantó, es preciosa. Tiene mucho encanto y los edificios son bonitos también. Las calles principales invitan a pasear y todo está limpio y cuidado. Me muero de ganas de que mis padres vengan y enseñarles todo lo que vi, como por ejemplo una calle que tiene una decoración un tanto especial.
 

Poco después, la amiga se fue –me cayó muy bien, es muy extrovertida, y esperamos a los padres de Giorgia, que decidieron ir a un restaurante a cenar una pizza. Escogí la de 4 quesos, mi favorita, y estaba de muerte. Fue todo genial y estaba súper contenta. Aún me sentía bastante cortada y no hablaba demasiado, pero poco a poco me sentía más a gusto. He leído que en la segunda semana sueles empezar a tener bajones, a preguntarte qué haces realmente aquí –todo muy existencialista, pero esperaré a ver. Por ahora estoy disfrutando, aunque echo mucho de menos a mis padres y a sentirme realmente como en casa, aunque mi Host Family es súper cariñosa y agradable. Además, el padre me recuerda mucho al mío en cuanto al carácter. ¡Incluso hace el mismo tipo de bromas!

Anoche también nos quedamos Giorgia y yo en el sofá viendo una película y después algunos vídeos en Internet. Bebimos té y comimos snacks hasta las 4 de la mañana. Estuvimos muy a gusto, charlando y viendo tonterías, me fui con una sonrisa en la cara. Poco a poco vamos cogiendo confianza la una con la otra. Eso sí, caí rendida en la cama.

Por si os lo estáis preguntando, Giorgia y yo hablamos en inglés –que así lo practica también, y hoy empezaremos a echarle un ojo a su libro de español para ver los ejercicios que tiene sin hacer y ver que parte de la base le falta, para ir haciendo todo el libro y los deberes por completo.

Muchas gracias por haber leído todo esto, de verdad. 


¡Seguiré informando!


Últimas horas

miércoles, 8 de julio de 2015

¡BUENAS A TODOS!

Sólo quedan unas diez horas para que suba al avión con destino Bolonia. Aún no he asimilado que me voy, no para una semana, sino para dos meses enteros. Es una sensación muy rara. Todos se despiden de mí, mis padres quieren pasar más tiempo conmigo, pero yo no tengo en mente que es una despedida. Es como si fuese a pasar un fin de semana fuera. Que lío tengo en la cabeza, de verdad.

Estos días han sido muy ajetreados. He aprovechado para comprar aquellas cosas que quería llevarme y no tenía, como tiritas, más pasta de dientes, eyeliner, etcétera. Comencé a planear qué es lo que metería en la maleta, porque si por mí fuera me llevaría todo el armario, pero ni loca voy a pagar por sobrepasar los kilos máximos por maleta. Pero lo que hice con más ilusión fue quedar con mis amigos para poder despedirme de ellos. Paseos, bares, fiestas, días de compras o en la playa... ¡No he desperdiciado ni un día!


Fue el viernes cuando pude despedirme de mi querida Barcelona, ciudad que me tiene enamorada y que se me hará raro tener tan lejos. Fue un día caluroso hasta decir basta, pero valió la pena. La recorrimos entera, cual turistas japoneses, y me lo pasé genial.


Hoy ya ha sido un día entero dedicado a la maleta, lo más importante de todo. ¡Y lo más complicado! Por suerte me voy en verano y, como la ropa ocupa menos, he podido coger lo necesario y más, mucho más. Soy la chica de los muchos "por si acaso", así que ropa no me faltará. La maleta, la más grande que tengo en casa, ha acabado hasta arriba –mis zapatos ocupan mucho, aunque en la foto acababa de empezar.


Lo siguiente han sido los neceseres. Tarea mucho más sencilla, porque aquí sí que soy mucho más práctica y sólo llevo lo que uso cada día y algunos especiales (sobretodo de maquillaje) que llevo en todos los viajes. Además, en tema de jabones, cremas, etcétera, sé que puedo comprar fácilmente aquello que me falte.



Próximamente haré una entrada sobre las cosas que he llevado en la maleta que facturo y en el bolso de mano.

Bueno, eso ha sido un resumen del día de hoy y de la última semana. Estoy muy muy nerviosa, no os lo podéis ni imaginar. Ya he quedado con la madre de mi Host Family, que me vendrá a buscar al aeropuerto. He hablado con la niña por WhatsApp también y tiene muchas ganas de verme mañana, así que todo es mutuo. ¡Estoy tan ilusionada como miedo tengo! Sensaciones muy extrañas y emociones a flor de piel.

Me despido ya porque debería ir yendo a la cama, que ya sé que me costará dormir y necesito descansar para estar a tope mañana. Espero que sea un gran día, el primero de muchos.


¡Seguiré informando!


To-do list: Cosas que hacer antes de irnos de au pair

lunes, 6 de julio de 2015

Desde el momento en que tenemos claro nuestro destino y ya hemos comprado los billetes, los días van pasando y, como sabemos, el tiempo es oro. Aunque en un principio tengamos la sensación de que nos quedan muchos días para hacer y rehacer, lo cierto es que lo mejor es ponerse cuanto antes, porque luego lo dejamos todo para el final y terminamos agobiándonos, lo que probablemente cause que nos dejemos cosas sin hacer. 

Lo cierto es que yo soy de las que suele esperar al último momento para ponerse a hacer los deberes, pero esta vez había otro problema añadido –yo encontré a mi Host Family tres semanas antes del día del viaje. Así que yo cumplí esta lista de cosas que hay que hacer de forma un poco más express de lo recomendado.

Atención: Como mi destino es Italia, que se encuentra en la Unión Europea, y voy sólo por dos meses, no hay mucho papeleo que realizar, así que si vuestra familia se encuentra en Estados Unidos o vuestra estancia es por un tiempo mayor, os recomiendo leer este post (y, en general, todo el blog) de ErikaLa maleta de una au pair. Es muy completo y está todo realmente bien explicado. ¡Echadle un ojo, que no le falta detalle!




Un mes antes – tres semanas antes del viaje:

  • Comprobar la caducidad de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) y solicitar renovación en caso de estar caducada.
  • Comprar las lentillas suficientes para los meses que vas a estar fuera, contando con tener un par más por si hay algún problema o pierdes una.
  • Comprobar la caducidad de las tarjetas de crédito o débito que lleves en tu viaje.
  • Pedir receta médica de aquellos medicamentos que la requieran o de pastillas anticonceptivas en caso de ser necesario.

Medio mes antes del viaje:

  • Pensar qué regalarle a la Host Family e ir con tiempo a comprarlo. Mi madre siempre me decía que no se debe llegar a un lugar con las manos vacías.
  • Comprar alguna guía turística del lugar y apuntarse sitios de interés. También es buena idea mirar que ciudades importantes rodean la tuya, por si es posible realizar alguna escapada.
  • Comprobar que tenemos las maletas, neceseres y bolsos necesarios e ir a comprar en caso contrario.
  • Dejar una autorización para que otros (tus padres, por ejemplo) puedan recoger tus paquetes en Correos si es necesario. (Ejemplo)

Una semana antes del viaje:

  • Mirar la predicción del tiempo de los próximos días en nuestro destino.
  • Imprimir y hacer fotocopias de todos los papeles importantes para dejar en casa (en mi caso no es necesario).
  • Llevar apuntados los números de teléfono para bloquear/dar de baja las tarjetas de crédito/débito y la SIM del móvil en caso de pérdida o robo.
  • Comprobar que todos los cargadores de móvil, ordenador, cámara, etcétera funcionan.
  • Comprar las medicinas que necesitamos llevarnos. 
  • Ir a la peluquería y/o esteticién.
  • Conocer cómo llegar a la casa de nuestra Host Family por si ellos no nos pueden recoger (en mi caso, como ambos trabajan, lo miraré por si acaso).

El día antes del viaje:

  • Comprobar los horarios de los vuelos.
  • Repasar que es lo qué queremos en el bolso de mano –ya que no podremos coger nada de lo que facturemos.
  • Tener preparados un cuaderno y lápiz, auriculares, música en el móvil/reproductor de música y todo con lo que podamos distraernos durante el vuelo.
  • Cargar todos los aparatos electrónicos.
  • Coger comida para el aeropuerto –podemos llevar bebida, pero nos la harán tirar en el control de seguridad.
  • Llevar dinero en efectivo para cualquier gasto en el aeropuerto.
  • Comprobar que llevamos DNI y los billetes del avión a mano.


Pues creo que eso es todo, si me acuerdo de algo o comentáis cualquier cosa que haya pasado por alto, lo añadiré.


¡Seguiré informando!


Mamá, quiero ser au pair

miércoles, 1 de julio de 2015

¡HOLA A TODOS!

Primero me presento brevemente. Soy Assum y tengo 19 años recién cumplidos (24 de Junio). Vivo en Barcelona y acabo de terminar mi primer año del grado en Comunicación Audiovisual en la UB.

He decidido crear este blog para contar mi experiencia primeriza como au pair que empezaré en tan sólo una semana. Lo que realmente quiero es ir explicando mi día a día, desde el momento en que decidí embarcarme en esta aventura, hasta mis vivencias en el tiempo que pasé allí. Lo que me gustaría lograr con esto es poder mostrar mis opiniones, experiencias, sentimientos, etcétera, a otras personas que, como yo, se hayan planteado irse a otro país como au pair pero que no se atrevan a dar el paso definitivo por el miedo y las dudas que, como es normal, aparecen. Así que en esta primera entrada voy a intentar presentarme y explicar qué me llevó a decidir que quería ser au piar.

Todo empezó hace ya un año, cuando terminé el Bachillerato. Acababa de cumplir los 18 años, pero después de lo idealizado que tienes esa edad, no noté ningún cambio, y eso no me gustó. Además, dos amigas mías, en lugar de empezar la Universidad en Septiembre, decidieron tomarse un año sabático y dedicar el tiempo a realizar otras actividades. Una de ellas se organizó para irse en Agosto a Irlanda a vivir 10 meses con una familia de allí. Todo eso hizo que me plantease si no sería mejor intentar vivir una experiencia similar. Puesto que ya suponía que irme tanto tiempo y saltarme el primer año de Universidad no sería muy buena idea a ojos de mis padres, miré la opción de ir a Inglaterra, asistiendo a clases por la mañana y viviendo en una residencia, durante el mes de Agosto. Los precios eran algo elevados y, dado que estábamos ya en Julio, era todo muy precipitado. Seguí pensando en la idea, pero planteándolo de cara al verano de 2015. Cuando empecé las clases, me apunté a una academia para hacer italiano porque ya tenía el nivel C1 de inglés y quería disfrutar de otra lengua. Fue entonces cuando pensé en cambiar el destino e ir a Florencia –ciudad de la que estoy totalmente enamorada– el mes de Julio. Pero hubo un gran problema, los elevados precios de nuevo. Como también quiero irme de Erasmus a Italia, decidí que prefería ahorrar ese dinero para irme un año entero.
A todo esto hay que sumarle el hecho de que tenía muchísimas ganas de romper con la rutina, de dar un paso al frente y realizar algo distinto que hasta a mí me sorprendiera. Salir, ver mundo, salir de mi comodidad y crecer como persona. Y cuando digo muchísimas ganas, son muchas de verdad. Si estaba en la flor de la vida quería aprovecharlo y no arrepentirme de no haberlo hecho por el miedo o la pereza.
Ahí fue cuando me acordé de algo. Mi prima, el año anterior, había ido unos meses a Inglaterra como au pair y había vuelto muy contenta. Me echaba para atrás el hecho de que ella tenía 8 años más que yo, sabía cocinar y había estado más en contacto con niños que yo. Me sentía muy pequeña y sin experiencia, pero decidí informarme. Después de leer diversos blogs sobre experiencias primerizas sobre au pairs me animé y empecé a pensar que quizás eso era lo que necesitaba. Me encanta viajar, ojalá me pudiese ganar la vida viajando, y, además, me gustan los niños. He trabajado dando clases particulares de diferentes asignaturas a distintos alumnos de primaria y en mi comunidad de vecinos hay muchos niños, por lo que, tras jugar y pasar muchos meses con ellos, sé que tengo paciencia con los niños.

No fue hasta hace unas semanas, a principios de Junio –acabados los exámenes finales, cuando visité diferentes diferentes páginas web dedicadas a familias que buscan au pairs y viceversa (evitando así ir por agencia y tener que gastar más dinero) y me creé un perfil en dos de ellas –Aupair.com y AuPairWorld. Lo que yo buscaba era una familia en Reino Unido, Irlanda o Italia para un máximo de 2 meses (a partir de Julio). En la siguiente entrada explicaré brevemente el funcionamiento de estas dos webs.


Sorprendentemente, al cabo de cuatro días, una de las primeras familias a las que envié un mail me respondió diciendo que estaban interesados en mi perfil. ¡Se habían fijado en mí incluso sin haber sido au pair antes! No me lo podía creer, iba a llorar de felicidad. Sabía que aún no era nada seguro, pero no me esperaba una respuesta positiva tan temprano. Era una familia italiana con una sola hija que vivían en una ciudad de los alrededores de Bolonia. Además, la hija tenía más de 10 años, lo que me dejaba más tranquila y me parecía más adecuado para mí, ya que no tengo experiencias con bebé o menores de 6 años. Estuvimos hablando por mail sobre cuando estaría dispuesta a empezar y cuales eran mis intereses, aunque muchas respuestas ya estaban dadas porque mi perfil era muy demasiado completo. Todo fue muy rápido y, una semana después, hicimos el primer Skype. Fue una conversación breve con la madre –la hija no estaba en ese momento, y me pareció una mujer muy agradable y alguien con quien no tendría problema vivir esos meses. Además, ella misma me dijo que quería tratarme como a una hija, que esa era la idea que tenía de una au pair. ¿No es adorable?
A la noche siguiente, el 18 de Junio, hicimos otra videollamada con su marido y la hija –muy tímida, y ya me confesaron que querían seguir adelante. Tal era mi emoción que al día siguiente ya había comprado el billete de avión para el 8 de Julio, habiéndolo hablado con ella antes, claro está.


La situación es ideal para mi. Dos meses en mi querida Italia con una familia muy cariñosa. Quieren que ayude a su hija con el español y supongo que repasar un poco de inglés también. Con la madre he hablado en inglés hasta ahora, aunque no creo que haya ningún problema si hablamos en italiano, pero con el padre será todo en su lengua debido a que no habla nada de inglés. ¡Es perfecto! Practicaré ambas lenguas mientras le enseño la mía a la chica.

Así que en 7 días ya estaré por allí. Estoy emocionada y asustada por partes iguales, pero todos me aseguran que será una gran experiencia y que lo necesito. Que me irá bien para independizarme y aprender a valerme por mi misma –nótese que nunca he estado más de una semana fuera de casa, y siempre ha sido con amigos o mi familia. 

Me he alargado demasiado quizás, pero quería explicar mi pequeño proceso para hacer ver a otras chicas que, aunque estén asustadas por ser au pair y tener que viajar a otro país solas, vale la pena intentarlo. Aún no sé como me irá, pero estoy orgullosa de mi misma porque jamás pensé que sería capaz de aventurarme en algo así.


¡Seguiré informando!