Ultimi giorni

lunes, 14 de septiembre de 2015

¡CIAO CIAO!

Siento no haber subido esta entrada antes, pero le di a Guardar como borrador y luego no recordé publicarla. He estado haciendo cosillas, primero haciendo maletas y despidiéndome y, una vez aquí, viendo a todos los que no había podido ver este verano. Así que ahora os pongo al día del final de este verano tan increíble. 

Es raro escribir sobre la última semana en un lugar que, a pesar de no haber estado más de dos meses, sientes como tu casa. Y es que me han hecho sentir de la familia, incluso cuando mis padres vinieron, ha sido todo perfecto. Ahora tengo una amiga que es como una hermana pequeña aquí, en Italia. Pero no me desvío más del tema.

La última semana fue dura. Bueno, más bien extraña. Parecía mentira que en siete días ya no vería más a Giorgia haciendo de las suyas (más bien, nuestras) por casa. Y como era triste para las dos, aprovechamos esos días para hacer todo aquello que no habíamos hecho aún.

Justo el fin de semana después de que se fuesen mis padres, eran los Buskers de Ferrara, donde la calle se llena de puestos de comida, cantantes y músicos callejeros y gente, mucha gente. Fue bonito pasear así por el centro. Además vinieron la prima de la madre, su marido e hijos. Después de pasar la noche dando vueltas con ellos, volvimos al piso que tienen en el centro, donde nos quedamos hasta las cuatro de la mañana. Como teníamos hambre cenamos, por segunda vez, pasta a las dos de la madrugada. Según la madre, eso hacían la prima y ella cuando volvían de fiesta. El día siguiente lo pasamos en la casa ya que hacía buen día para bañarnos en la piscina y comer en el porche.

Los demás días fueron los que Giorgia y yo aprovechamos para hacer un poco de todo. Pintamos un cuadro para el salón ya que a la madre le hacía ilusión. El resultado lo podéis ver en la foto y la verdad es que lo pasamos genial tanto decidiendo qué hacer como propiamente pintando. Lo mejor es que a la madre le encantó, como en el salón hay muchos colores, esta pintura "relaja muchísimo, parece que flotes", según ella, además que tenía unas velas del mismo color que quedaba genial. 



Al día siguiente nos pusimos las pilas con matemáticas, porque Gio era la primera que quería acabar antes de irse a Mallorca. Y así fue. ¡No os podéis imaginar la alegría de la madre al saber que ya había terminado! Ya sólo quedaba prepararse las presentaciones orales y terminarse un libro, que haría en vacaciones, por lo que estaba bastante bien. 

El miércoles, dado que hacía buen día, volvimos al parque de atracciones Gardaland, ya que teníamos el pase express con el que podemos volver gratis todas las veces que queramos y había que aprovecharlo. Fuimos después de comer y nos quedamos hasta las once y media de la noche. ¡FUE PRECIOSO!

Hicieron hasta fuegos artificiales por la noche, además que, aunque había colas hasta en la cola de los express, pudimos subir a todas las atracciones que queríamos. Y, aparte de que los vigilantes ya nos conocían de las veces que repetíamos, Giorgia acabó llorando de la risa de las tonterías qué decíamos ahí subidas. Bonitos eran los vídeos y las fotos que te sacan de recuerdo...
 


El jueves decidimos pasarlo en la cocina a hacer figuras de mazapán. En teoría el paquete es para hacer un Mickey Mouse (Topolino en italiano), pero dado que los colores no se correspondían, decidimos hacer lo que nos viniera en gana.

Como acabamos bastante pronto y no habíamos manchado suficiente, nos pusimos a hacer una pizza, empezando desde la masa. ¡Así que ahora ya la se hacer! Aunque soy bastante torpe, Gio me iba ayudando y el resultado fue bastante bueno. Si no, juzgad vosotros mismos.

Bonitos los corazones y la bandera que Giorgia añadió a la foto.

El viernes, visto que aún no había empezado a organizar la maleta y que Giorgia también debía preparar la suya, decidimos ponernos a ello, dejando solo la ropa del sábado y lo que llevaría el domingo. Fue bastante fácil, ya que lo complicado de hacerla cuando te vas de casa es pensar qué te llevas, pero ahora sólo era guardar todo lo que tenía. El peligroso momento era el de pesarla, ya que tenía que ir sobrada porque el padre quería darme embutidos y queso para llevarles a mis padres.

Al final del día fuimos al campo a hacernos unas fotos con la cámara, ya que a Giorgia le hacía ilusión y aún no habíamos tenido ocasión de hacerlas.
 

El sábado no hicimos gran cosa, más allá de continuar preparando la presentación de español de Giorgia y las maletas y pasar tiempo con ella.

Esa noche fuimos a cenar fuera, al restaurante favorito de la familia, para despedirnos a lo grande. La comida... Buenísima. De verdad, todo estaba riquísimo. Hasta las verduras me sabían diferente. Allí aproveché para darle a Giorgia el dibujo que le había hecho sin que ella supiera nada, y por poco se pone a llorar. Le ha hecho muchísima ilusión y yo estoy muy contenta de que así sea.


Ella me dijo que tenía un detalle para mí, pero que por problemas técnicos no habían podido ir a buscarlo y me lo enviarán por correo o cuando vuelva a pasarme por allí. 

Pero, al volver a casa, los padres me regalaron unas gafas de sol preciosas y yo estoy enamorada de ellas. No me lo esperaba y se lo agradezco muchísimo. Además me dieron unos regalillos para mis padres, así que decir que han sido generosos es poco, muy poco.

Me puse a llorar, no sé si de emoción y tristeza, aunque diría fue todo junto. Y la niña decidió que, ya que nos habíamos arreglado para ir a cenar, sacásemos algunas fotos más. Al volver a casa, como no, nos pasamos la noche juntas en mi cama, sabiendo que, aunque parecía raro, era ya la última. 
 


Y ya llegamos al último día, que pasó volando... Estuvimos comprando y visitamos a la abuela, muy cariñosa conmigo, para acabar en la piscina. A la tarde tocaba recogerlo todo, así que estuvimos aprovechando la mañana para no hacer NA-DA.

No hay mucho que explicar de esa tarde, ya que estuvimos ocupadas y entretenidas con las maletas, de nuevo. Y, sin apenas darnos cuenta, ya era hora de ir hacia el aeropuerto y despedirme de la familia con la que había pasado todo el verano, pero tranquila sabiendo que seguiríamos hablando por WhatsApp, Skype y que nos veríamos de nuevo antes de Navidad y en verano, sino es que más veces.

Por eso no lloré, porque estaba muy muy feliz por todo, incluso, en parte, de volver a casa y estar con los míos, pero sobretodo por haber vivido una experiencia tan maravillosa. Aunque mi avión se retrasó dos horas, aprovechamos el tiempo haciendo el idiota por los pasillos, carreras de carros, cenando, etcétera. Giorgia y yo no queriamos ver la parte triste, así que seguíamos jugando. Pero el momento de la despedida era inevitable, aunque no fue tan duro. Sé que es un hasta luego, que volveremos a estar juntas y que me tiene para lo que necesite. Ya estamos organizando todo para que venga a Barcelona el año que viene, no digo más. Llegué tardísimo a casa, a las cuatro de la mañana, y caí rendida en la cama. 

De todo eso hace ya dos semanas. Quince días en los que he aprovechado para quedar con amigos que no veía desde antes de irme e incluso del verano pasado, además de estar con mis padres en casa y en la piscina.

Giorgia y yo hemos estado hablando cada día por WhatsApp, ya que ella también seguía de vacaciones y, en cuanto volvió de Mallorca, dijo que me echaba más de menos al ver la casa vacía. Es un amor, esta chica.

El otro día un amigo me preguntó que como resumiría esta experiencia en una palabra, y creo que sería "FIGHISSIMA" que en Italiano sería como decir "alucinante". Estoy muy, pero que muy contenta de haber ido y de todo lo que he hecho, de haber practicado y mejorado el italiano, de haber repasado el inglés, de haberme atrevido a hacer algo así y, lo que es más importante, de haber vivido con una familia tan cariñosa y generosa como la de Giorgia. Les estoy muy agradecida, son increíbles. Son como una segunda familia para mí ahora, mi familia italiana. Me muero de ganas de volver. Por suerte, en un mes y poco vuelvo. Soy muy feliz.


Y, además, muchísimas gracias por haber leído las entradas y haber visitado mi blog. Me ha hecho mucha ilusión hacerlo, pero más aún ver que a la gente le interesaba. No se ha acabado aún, seguiré escribiendo las cosillas que me he ido dejando y de las cosas que pasen cuando vuelva por Italia o venga Gio.



De nuevo, gracias. 




¡Seguiré informando!

Bologna, Ferrara e Venezia con i miei

lunes, 24 de agosto de 2015

¡Ciao a tutti!

Nueva entrada, de nuevo, llena de fotografías. Todas ellas son de la visita que me hicieron mis padres del 14 al 19 de Agosto. Como venían varios días, ya habíamos planeado visitar un par de ciudades, además de Ferrara, que al final resultaron ser Bolonia –puesto que un día es más que suficiente, y Venecia, que todos queríamos verla de nuevo.

El viernes llegó en seguida, porque como ya expliqué, estuve en Ferrara con Giorgia en el piso que tienen la familia allí, así que no tuve tiempo para darme cuenta de que los días pasaban y ponerme nerviosa. Era todo muy raro. Llegó el jueves y los padres y ella me decían "mañana vienen tus padres", pero yo no lo asimilaba. Pero al día siguiente estaba hecha un manojo de nervios esperándoles en la recepción del hotel. Había ido a la oficina de Turismo para coger información de Ferrara y poder explicarles todo bien y, mientras la estaba leyendo, de repente entraron y... ¡Ay! Corrí a darles el abrazo más esperado de todos! Estuvimos un montón de rato saludándonos y dando abrazos, hasta que decidimos ir a la habitación para que ellos pudiesen dejar las maletas y todo. Decir que estaba feliz es poco, muy poco. Habíamos hecho FaceTime muchas veces, pero aún así tenía mil cosas que explicarles, además de enseñarles el centro de la ciudad. Hablamos, hablamos y hablamos. Fue perfecto. Mi madre y yo aprovechamos para ir de tiendas, ya que mi padre quería descansar. Pero aparte de eso, no hicimos mucho más, porque quedaban varios días por delante. Esa noche fuimos a cenar a casa de Giorgia, para que ambas familias se conocieran. Pese al miedo de no entenderse, al final hablando un mix entre Español e Italiano, todo fue genial. Se reían, explicaban cosas... parecía que se conocieran de hace tiempo.

Giorgia preparó este detalle, además de toda la mesa decorada con velas.

El día siguiente,  sábado 15, era Ferragosto, día festivo muy importante en Italia en el que todos los italianos aprovechan para irse a la costa, por lo que visitar Venecia o cualquier ciudad costera quedaba descartado. Además, la noche anterior, la velada se alargó hasta las tres de la mañana, así que ni mis padres ni yo teníamos ganas de madrugar. Yo dormía en el piso de Ferrara, para poder estar con ellos, así que cuando me desperté, después de desayunar y arreglarme, fui hacia el hotel. Al final decidimos ir a Bolonia, que está a 20 minutos en tren y ¿lo mejor? que gracias a la festividad, estaba literalmente vacía. Tan sólo turistas caminaban por sus calles, y el día era muy bueno puesto que por la noche había llovido, así que no hacía nada de calor.

Una de las dos torres está inclinada, de igual forma que la Torre de Pisa, aunque no sé el motivo. 
Desde la pequeña ventana que se ve en una de las fotos anteriores, se puede ver el único canal que ha sobrevivido de todos los que, antiguamente, recorrían Bolonia, que se encuentran soterrados, y la vista recuerda a la misma Venecia.

Después de visitar todo lo que queríamos y de comer a eso de las cinco y media, decidimos volver, puesto que estábamos cansados de caminar y además se acercaba una tormenta que, por suerte, empezó cuando estábamos cerca del hotel. Como la lluvia seguiría el día siguiente, pensamos que era mejor quedarnos en Ferrara, ya que visitar Venecia con ese tiempo no valía la pena. Así que aproveché para explicarles todo lo que había leído en las guías y hacer fotos a la ciudad que tanto me había gustado desde que llegué.

 
Piazza Ariostea, de día parece desierta, pero es donde encuentras a todo el mundo que sale de fiesta o a dar vueltas de noche.
Palazzo Diamanti, con 8.500 piedras talladas con dicha forma.
Piazza Tiento e Trieste, centro de la ciudad y plaza del Duomo.


Nuestro último viaje fue a la mágica Venecia. Tenía muchas ganas de volver con ellos y pasear sin el calor de la otra vez. Ese lunes hacía sol, un poco de aire y el calor era soportable. Así que pudimos visitar todos los rincones de la ciudad, desde la Piazza San Marco hasta el Ponte di Rialto. Hice mil y una fotos –como no hacerlas en un sitio como este, y aún no las he visto todas.

 

Recién llegados a Venecia, junto al Palazzo Ducale.

Canal Grande desde el Ponte dell'Accademia, Venecia. 
Los mejores padres del mundo en una de las ciudades más bonitas del mundo.

Esa noche volvimos a cenar con la familia, como despedida, porque el día siguiente era el último y sería difícil vernos, puesto que ellos trabajaban. El martes aprovechamos para comprar algunos regalos de recuerdo y ver lo que quedaba por ver. Pero todo tranquilo, disfrutando del día sin necesidad de visitar cada rincón o ir a todos sitios. Tan sólo se trataba de pasar un día juntos. El miércoles, ya era el día de despedida. Se iban después de comer, por lo que aún pude estar un rato con ellos por la mañana. Se me hizo duro decirles adiós, pero por suerte sabía que en diez días yo volvía a casa, no eran dos meses como la otra vez, por lo que era más un hasta luego. ¡Y además hemos podido disfrutar de nuestras minivacaciones!


¡Seguiré informando!


Ravenna, Emilia–Romagna

¡Me disculpo de nuevo!

Llevo más de dos semanas sin escribir nada, pero es que he estado ocupada, si no era una cosa, era otra. Problemas con internet, no encontraba el cargador del ordenador, viajes y visitas...
Y ahora tengo mil y una cosa por hacer, pero no termino nada.

Anoche compré el billete de avión, porque ya estamos a 24 de Agosto, lo que significa que se termina mi aventura. Me marcho este domingo por la noche... Me quedan tan sólo 6 días y me da muchísima pena. Claro que quiero volver, echo de menos muchísimas cosas de Barcelona, amigos y familiares, pero estoy my a gusto aquí con Giorgia y su familia. ¡Y no quiero que se termine el verano! Acabaré llorando el último día en Italia, ya veréis.

Pero bueno, lo que no puedo decir es que no haya aprovechado al máximo este último mes. Para empezar, después de mi última publicación en el blog –el pasado 5 de Agosto, fui esa misma semana a Rávena, una ciudad costera cerca de Bolonia, a 1 hora de Ferrara en tren. Es Patrimonio de la Humanidad y se la conoce como "la ciudad del mosaico", puesto que fue capital del Imperio Romano de Occidente y, posteriormente, centro del Imperio Bizantino, con lo que se ha enriquecido con, no sólo monumentos, sino muchos mosaicos que decoran diversas partes de la ciudad.

Fui a pasar el día con Beatriz, otra chica au pair española que acababa de llegar allí, y la verdad es que fue genial. Tenía miedo de todo porque, para empezar, era la primera vez que cogía un tren en Italia yo sola, y no quería acabar en la otra punta del país por saltarme mi parada. Pero al final, la aventura del tren fue bien, es bastante parecido a como funciona en España y al ser una distancia corta no tenía porque preocuparme tanto. Además estaba el hecho de que nosotras dos no nos conocíamos, más allá de algunas conversaciones por mail y WhatsApp, y podría ser un día de silencios incómodos. ¡Nada más lejos de la realidad! Desde el momento en que nos encontramos, yo empecé a hablar por miedo a que nadie dijese nada y ella también empezó a explicarme cosas, así que no hubo ningún problema. Ambas estuvimos hablando todo el día, mientras paseábamos, nos perdíamos, visitábamos los museos e iglesias, comíamos pizza al taglio y helado –la buena comida italiana... Con la broma nos recorrimos toda Ravenna a pie –así acabaron los míos, y a pesar del calor pudimos verlo todo. Bea vive cerca de Málaga, por lo que cuando vaya para allí a ver a la familia podemos volver a vernos, lo que por mi parte sería estupendo, porque me encantó pasar el día con ella.


Piazza del Popolo, centro de la ciudad. 
Bajo el altar de la iglesia de S. Francesco, al lado de la tumba de Dante Alighieri, hay unos mosaicos que decoran el fondo de un estanque –aunque los peces no hayan querido salir en la foto.
Mosaicos paleocristianos de la Basílica de San Vitale
A la vuelta, la familia me recogió en la estación y les expliqué como había ido el día. Pese a que estaba cansadísima, al llegar Giorgia y yo preparamos salsa al pesto para un regimiento, así que ahora ya sé prepararlo.

Al día siguiente, Giorgia y yo decidimos ir al centro de compras, puesto que le gustaron las cosas que me compré cuando fui yo sola, así que después de una mañana haciendo deberes, nos llevaron al piso que tienen en Ferrara, donde comimos e hicimos tiempo hasta que abrieran las tiendas (que cierran a las 12:30 pero a eso de las 15:30 ya abren de nuevo). Fuimos a todas las tiendas habidas y por haber –Mango, Espirit, las galerías Coin, Zara, Pimkie, Calzedonia, zapaterías varias... y, aunque yo no iba a comprar nada, al final acabé cayendo en un jersey y una chaqueta que me enamoraron. Creo que todo lo que no he comprado en Barcelona en 4 meses, lo estoy comprando aquí en uno. Pero fue una buena tarde, tanto que, mientras cenábamos, Giorgia le pidió a su madre si podíamos volver al piso al día siguiente para pasar tres días allí solas, como unas mini vacaciones –más días no porque ese viernes 14 venían mis padres.

Y así fue. Estuvimos hasta el jueves por la tarde nosotras solas, encargándonos de las comidas, de ir al supermercado... Pero yendo a ver tiendas, paseando por el centro, ir a por un helado después de cenar, viendo películas y explicándonos muchas, muchísimas cosas. De verdad, creo que Giorgia esos días se abrió aún más conmigo, explicándome cosas que seguramente le daba corte antes, y me hizo mucha ilusión. Porque de verdad que adoro a esta chica.

Esto es todo por ahora, porque la siguiente entrada la dedicaré a los cinco días que pasé con mis padres, a los que no veía desde hacía más de un mes. Y no sólo a la visita, si no a todas las ciudades que visitamos: Ferrara (esta vez viendo todos los edificios y sitios emblemáticos), Bolonia y, de nuevo, la bella Venecia. ¡Y tengo muchísimas fotos que subir!


¡Seguiré informando!

Un mes en Italia

miércoles, 5 de agosto de 2015

¡Ciao di nuovo!

Pues sí, hace exactamente un mes, un miércoles soleado como el de hoy, llegaba yo con el maletón enorme y dos bolsas de mano al aeropuerto de Bolonia, nerviosa como nunca por conocer a la familia. Un mes entero que se me ha pasado volando. Si bien los primeros días se me hacían larguísimos porque yo era un manojo de nervios y me encontraba en una casa desconocida a kilómetros de la mía, la segunda semana ya era otra historia. Los días eran entretenidos, Giorgia y yo siempre encontrábamos algo qué hacer: ver una película, vídeos en YouTube, ir a la piscina, al centro, etcétera. La familia me ha acogido como a una más, la madre, el otro día me dijo (palabras textuales) "Aquí estás como si fueses hija mía", así que el ambiente es perfecto, me siento muy querida, por lo que estoy muy feliz de haberme atrevido a ser au pair. Ya dije que, al estar con una niña que no es muy pequeña, somos como amigas y nos contamos cosas. Es... genial

No he escrito en el blog a modo de diario, cada día, porque no lo he considerado necesario. Los días entre semana no solemos hacer muchas cosas interesantes, es decir, vamos a la piscina, tomamos el sol, hacemos los deberes de cada asignatura, vemos la tele... Lo normal que haces en el día a día en tu casa. No creo que una entrada al día, explicando lo mismo que en la anterior, sea lo más adecuado. En el caso de los fines de semana, cuando hemos ido a Venecia o al parque de atracciones –que explicaré a continuación, sí le dedico una entrada, porque hay fotografías y más experiencias, además de hacer una valoración de la semana en general y de mi humor –los primeros días nerviosa y motivada, la segunda semana de bajón, pero me animé rápido porque la familia es un amor. Además, aunque he estado cuatro semanas ya, han coincidido con la ola de calor en Europa, por lo que muchos planes de salir se han cancelado por el excesivo calor que hace si sales de casa, por lo que en un mes han habido 4 entradas.

Por lo que, después de un mes, puedo decir que estoy muy feliz de haber venido a Italia. Ha sido un acierto, una aventura para mí que ha salido a pedir de boca. Porque considero haber hecho una amiga, Giorgia, y haber conocido a una familia estupenda que han organizado planes para que visite varios sitios y me divierta un montón. Aún me queda un mes más, y de verdad no quiero que se acabe, así que ¡voy a aprovecharlo al máximo!

Y ahora centrémonos en esta última semana de Julio

Giorgia y yo hemos aprovechado que el tiempo ha sido algo inestable –un día te morías de calor y a la mañana siguiente te encontrabas con una tormenta, además de que ha estado unos días con fiebre, para adelantar deberes. Ella tiene un montón de ejercicios y/o proyectos para cada asignatura, así que nos estamos centrando en Historia, Español y Matemáticas (Inglés ya lo terminamos). Hemos ido varias veces a la piscina y a por un helado, pero poco más. El sábado vino una amiga de Giorgia que ahora vive fuera de Italia y se quedó a dormir. El motivo es que, al día siguiente, íbamos a Gardaland –un parque de atracciones del estilo de Port Aventura, y teníamos que madrugar ya que un domingo de agosto puede ser mortal. Aún así, compramos los pases exprés para no hacer cola (¡Y MENOS MAL!). Por la mañana cogimos la mochila y fuimos para el parque. No está muy lejos, una hora y media en coche, y con música todo es más llevadero. Por suerte, tanto Giorgia como su amiga son como yo, nos subimos a todo de miedo o no. Y así fue. Repetimos seis veces las más fuertes –así acabamos con dolor de cabeza a la noche, pero fue genial. Me reí muchísimo y no pasé mucho calor –que miedo me daba, hacía sol pero el aire se dejaba notar.



Además, el parque está al lado del Lago de Garda, el más grande de Italia, y en las atracciones altas o en la de vista panorámica, podías verlo y... es precioso. Es enorme, parece un mar, y la madre me ha dicho que los pueblos de alrededor son muy bonitos. Ojalá pueda ir un día, me pareció realmente bonito. 


Al final, estuvimos casi nueve horas en el parque y, lo mejor es que seguramente volvamos a ir, porque con la entrada que pagamos podemos volver gratis. Acabamos agotadas pero nos lo pasamos muy bien. El lunes estuvimos en casa descansando porque Giorgia aún tenía dolor de cabeza. Además, en las noticias ya han avisado que esta semana habrá una nueva ola de calor como la anterior, por lo que estar fuera, si no es para ir a la piscina, no es la mejor opción. Anoche, pero, estuvimos con colchonetas, con velas y mantas viendo el atardecer y pasando buena parte de la noche escuchando música y hablando. Estuvimos muy a gusto, hasta los perros vinieron para dormir a nuestro lado.


Y ahora mismo estoy escribiendo esto mientras Giorgia está leyendo un libro que tiene que terminar, pero esta tarde iré al centro a comprar y a perderme por las calles de Ferrara mientras ella va a ver a unas amigas, por lo que no tengo tiempo de aburrirme apenas.

Otra foto más, porque estas chicas son amor. 

¡Seguiré informando!


¿Qué facturé para el viaje?

lunes, 3 de agosto de 2015



¡Hola de nuevo!






Ante cualquier viaje, lo primero que tienes en mente pero que, a su vez, es lo último que quieres hacer es la maleta. Y esto hablando para una semana o quince días. ¿Pero y si el viaje es de dos meses?  ¿Y si le sumamos que yo siempre dejo todo para el último momento? Pues ya me veis el último día preparando la maleta enorme que facturé, los neceseres y el bolso de mano, con los nervios de "que no me deje nada, por favor".

Atención: En el blog de Erika, La maleta de una au pair, podéis encontrar este post donde se informa sobre los tipos de maletas que existe, por si necesitáis más información a la hora de escoger y/o comprar una. En mi caso, la maleta que llevé era la que usaban mis padres para los viajes que duraban más de una semana o si llevaban mucha ropa de invierno.



Entonces, ¿qué me llevé en la maleta a Italia? Aquí os dejo la lista por si os sirve de ayuda.





Ropa


    • 5 vestidos de verano
    • 1 vestido de noche
    • 9 crop tops (manga corta y tirantes)
    • 8 camisetas (manga corta y tirantes)
    • 2 camisetas de manga larga
    • 3 faldas cortas (dos lisas y una estampada)
    • 2 faldas largas (una negra y otra estampada)
    • 2 shorts tejanos
    • 2 shorts de tela
    • 1 pantalón tejano largo
    • 1 pantalón fluido ancho (ejemplo aquí)
    • 1 leggin negro
    • 3 bikinis
    • Ropa interior
    • Calcetines

Abrigo


    • 1 cárdigan
    • 3 kimonos
    • 1 sudadera
    • 1 jersey fino

Calzado


    • 1 chanclas de piscina
    • 2 sandalias planas
    • 3 sandalias con plataforma
    • 1 deportivas

Accesorios


    • 2 bolsos
    • 1 tote bag
    • 3 collares
    • 2 anillos
    • 1 cinta para el pelo

Otros


    • Secador de pelo
    • Regalos para la Host Family
    • Libreta y material de dibujo
    • Bote grande de líquido para las lentillas
    • Estuche de repuesto para las gafas
    • Neceser – detalles en otra entrada


En las siguientes entradas explicaré aquello que me llevé en el bolso de mano y todo lo que metí en el neceser.


¡Seguiré informando!


Venezia è unica

martes, 28 de julio de 2015

¡Saludos y disculpas!

Antes de explicar nada quiero disculparme por no haber subido nada en más de una semana. He estado ocupada haciendo cosas con la niña y además he leído UN MONTÓN. Los problemas con Internet ya están solucionados y a partir de ahora volveré a la mínima-una-entrada-por-semana, de verdad.

Madre mía, ya es mi tercera semana aquí. Cómo pasa el tiempo...

Empezaré explicando cómo fue la excursión a Venecia del domingo 19. Salimos temprano por la mañana, antes de las 8, y después del viaje en coche y el último trayecto en tren, llegamos a la preciosa ciudad a eso de las 10. Quiero destacar que fuimos en el peor día del año en cuanto a calor se refiere, puesto que los 40 grados no son muy llevaderos en una ciudad de calles estrechas y canales por doquier, donde la humedad es protagonista. La muerte parecía una solución factible, aquel día.

Pero continuemos. Al llegar a Venecia, fuimos a la plaza del Ghetto, donde nos encontramos con un amigo de la familia que vive en la ciudad y nos la iba a enseñar. Era de Londres, así que hablé muy cómodamente con él en inglés –a quien le gustó mi acento y eso me hizo muy feliz. Le comentamos que lo principal de Venecia ya lo habíamos visto todos, así pues no era necesario hacer un súper tour con ese calor infernal, sino que preferíamos dar un paseo. Así que la ruta no fue muy turística, aunque me gustó porque recorrí calles que pude reconocer del viaje que hice años atrás. Además me entretuve haciendo fotos a cada recoveco.

 

Más fotografías en mi InstagramFacebook

Lo que sí quería una cosa, pasar por el Puente de Rialto. Y así fue. No sé por qué, pero tanto el puente como las calles que hay en ambos extremos me encantan.

Foto desde el puente.
Después continuamos caminando, no sin antes tomar algo en un bar y refrescarnos, hacia la Iglesia del Redentor. Esta iglesia se construyó cuando los venecianos dejaron atrás la peste que arrasó un tercio de la población en dos años (1575-1577), como agradecimiento a Dios. Es famosa porque el tercer domingo de Julio –cuando fuimos, se celebra la Festa del Redentore, con fuegos artificiales la noche anterior y una gran procesión ese día. Se sitúa en la isla de Giudecca, por lo que hay un puente que colocan solo ese fin de semana que atraviesa el canal para que tanto la propia procesión como los fieles puedan llegar fácilmente a la iglesia. Así que aprovechamos para verlo y caminar sobre el laaaargo puente, y comimos cerca de allí, en el puerto. Cuando regresábamos al puente, nos encontramos con una regata de góndolas que hacían por la fiesta que os he comentado, así que fue una bonita sorpresa.


Otro sitio que visitamos fue un pabellón, el de Guatemala, con motivo de la Biennale di Venezia, y nos encontramos con la exposición Sweet Death, que la categorizaría entre lo creativo y lo siniestro. Aunque espero que, si vuelvo, pueda visitar otros pabellones. No hicimos mucho más porque, con el calor, estábamos todos muy cansados, así que nos dirigimos de nuevo hacia la estación de tren para volver a casa.
Antes de llegar a nuestro destino, pasamos por la casa de una amiga de la familia para recoger a unos gatitos de dos meses que no puede quedarse ella, por lo que ahora tenemos más compañía en casa.

La hembra, que mira a la cámara, es Dora. Él es Theo. (Sí, TheoDora)

Desde ese día, pocas cosas han pasado dado que Giorgia y yo hemos estado en casa, porque con este calor poca cosa se puede hacer fuera. Eso ha hecho que tengamos mucha más confianza, nuestra relación no es únicamente cordial porque estoy en su casa dos meses, sino que es más bien de amistad, y estoy muy a gusto con ella. Yo tuve unos días de bajón, echando de menos mi casa, mi familia y mis amigos, pero tanto Giorgia como los padres me han hecho sentir una más de la familia estos días, por lo que estoy muy agradecida.

Cuando sí hemos salido ha sido el pasado sábado, que fuimos al cine a ver Spy (Espías en España), y pude reírme y entender casi todo, incluidas las bromas y frases hechas, por lo que estoy muy feliz. Y me sorprendió muchísimo descubrir que en Italia, antes de la película, hacen unos 20-30 minutos de anuncios y, en mitad del film, hacen un parón de 5 minutos para poder ir al lavabo. 

¡Ah! Y ha pasado una cosa más. Unos amigos de la familia, que viven cerca de Florencia, vinieron a comer y cenar dos días y les caí muy bien. Decían que se me veía muy alegre y simpática, que siempre sonreía y que era tranquila. Supongo que es verdad y no sólo por decir, ya que hicieron prometer a la madre que me dejaría ir un fin de semana con ellos para enseñarme Lucca junto con Giorgia, si ella quiere. Son muy simpáticos y me reí mucho con ellos, así que yo encantada de ir.

Esta semana subiré la lista de cosas que llevé en la maleta que facturé y en el bolso de mano, además de alguna otra cosilla.


¡Seguiré informando!