Ultimi giorni

lunes, 14 de septiembre de 2015

¡CIAO CIAO!

Siento no haber subido esta entrada antes, pero le di a Guardar como borrador y luego no recordé publicarla. He estado haciendo cosillas, primero haciendo maletas y despidiéndome y, una vez aquí, viendo a todos los que no había podido ver este verano. Así que ahora os pongo al día del final de este verano tan increíble. 

Es raro escribir sobre la última semana en un lugar que, a pesar de no haber estado más de dos meses, sientes como tu casa. Y es que me han hecho sentir de la familia, incluso cuando mis padres vinieron, ha sido todo perfecto. Ahora tengo una amiga que es como una hermana pequeña aquí, en Italia. Pero no me desvío más del tema.

La última semana fue dura. Bueno, más bien extraña. Parecía mentira que en siete días ya no vería más a Giorgia haciendo de las suyas (más bien, nuestras) por casa. Y como era triste para las dos, aprovechamos esos días para hacer todo aquello que no habíamos hecho aún.

Justo el fin de semana después de que se fuesen mis padres, eran los Buskers de Ferrara, donde la calle se llena de puestos de comida, cantantes y músicos callejeros y gente, mucha gente. Fue bonito pasear así por el centro. Además vinieron la prima de la madre, su marido e hijos. Después de pasar la noche dando vueltas con ellos, volvimos al piso que tienen en el centro, donde nos quedamos hasta las cuatro de la mañana. Como teníamos hambre cenamos, por segunda vez, pasta a las dos de la madrugada. Según la madre, eso hacían la prima y ella cuando volvían de fiesta. El día siguiente lo pasamos en la casa ya que hacía buen día para bañarnos en la piscina y comer en el porche.

Los demás días fueron los que Giorgia y yo aprovechamos para hacer un poco de todo. Pintamos un cuadro para el salón ya que a la madre le hacía ilusión. El resultado lo podéis ver en la foto y la verdad es que lo pasamos genial tanto decidiendo qué hacer como propiamente pintando. Lo mejor es que a la madre le encantó, como en el salón hay muchos colores, esta pintura "relaja muchísimo, parece que flotes", según ella, además que tenía unas velas del mismo color que quedaba genial. 



Al día siguiente nos pusimos las pilas con matemáticas, porque Gio era la primera que quería acabar antes de irse a Mallorca. Y así fue. ¡No os podéis imaginar la alegría de la madre al saber que ya había terminado! Ya sólo quedaba prepararse las presentaciones orales y terminarse un libro, que haría en vacaciones, por lo que estaba bastante bien. 

El miércoles, dado que hacía buen día, volvimos al parque de atracciones Gardaland, ya que teníamos el pase express con el que podemos volver gratis todas las veces que queramos y había que aprovecharlo. Fuimos después de comer y nos quedamos hasta las once y media de la noche. ¡FUE PRECIOSO!

Hicieron hasta fuegos artificiales por la noche, además que, aunque había colas hasta en la cola de los express, pudimos subir a todas las atracciones que queríamos. Y, aparte de que los vigilantes ya nos conocían de las veces que repetíamos, Giorgia acabó llorando de la risa de las tonterías qué decíamos ahí subidas. Bonitos eran los vídeos y las fotos que te sacan de recuerdo...
 


El jueves decidimos pasarlo en la cocina a hacer figuras de mazapán. En teoría el paquete es para hacer un Mickey Mouse (Topolino en italiano), pero dado que los colores no se correspondían, decidimos hacer lo que nos viniera en gana.

Como acabamos bastante pronto y no habíamos manchado suficiente, nos pusimos a hacer una pizza, empezando desde la masa. ¡Así que ahora ya la se hacer! Aunque soy bastante torpe, Gio me iba ayudando y el resultado fue bastante bueno. Si no, juzgad vosotros mismos.

Bonitos los corazones y la bandera que Giorgia añadió a la foto.

El viernes, visto que aún no había empezado a organizar la maleta y que Giorgia también debía preparar la suya, decidimos ponernos a ello, dejando solo la ropa del sábado y lo que llevaría el domingo. Fue bastante fácil, ya que lo complicado de hacerla cuando te vas de casa es pensar qué te llevas, pero ahora sólo era guardar todo lo que tenía. El peligroso momento era el de pesarla, ya que tenía que ir sobrada porque el padre quería darme embutidos y queso para llevarles a mis padres.

Al final del día fuimos al campo a hacernos unas fotos con la cámara, ya que a Giorgia le hacía ilusión y aún no habíamos tenido ocasión de hacerlas.
 

El sábado no hicimos gran cosa, más allá de continuar preparando la presentación de español de Giorgia y las maletas y pasar tiempo con ella.

Esa noche fuimos a cenar fuera, al restaurante favorito de la familia, para despedirnos a lo grande. La comida... Buenísima. De verdad, todo estaba riquísimo. Hasta las verduras me sabían diferente. Allí aproveché para darle a Giorgia el dibujo que le había hecho sin que ella supiera nada, y por poco se pone a llorar. Le ha hecho muchísima ilusión y yo estoy muy contenta de que así sea.


Ella me dijo que tenía un detalle para mí, pero que por problemas técnicos no habían podido ir a buscarlo y me lo enviarán por correo o cuando vuelva a pasarme por allí. 

Pero, al volver a casa, los padres me regalaron unas gafas de sol preciosas y yo estoy enamorada de ellas. No me lo esperaba y se lo agradezco muchísimo. Además me dieron unos regalillos para mis padres, así que decir que han sido generosos es poco, muy poco.

Me puse a llorar, no sé si de emoción y tristeza, aunque diría fue todo junto. Y la niña decidió que, ya que nos habíamos arreglado para ir a cenar, sacásemos algunas fotos más. Al volver a casa, como no, nos pasamos la noche juntas en mi cama, sabiendo que, aunque parecía raro, era ya la última. 
 


Y ya llegamos al último día, que pasó volando... Estuvimos comprando y visitamos a la abuela, muy cariñosa conmigo, para acabar en la piscina. A la tarde tocaba recogerlo todo, así que estuvimos aprovechando la mañana para no hacer NA-DA.

No hay mucho que explicar de esa tarde, ya que estuvimos ocupadas y entretenidas con las maletas, de nuevo. Y, sin apenas darnos cuenta, ya era hora de ir hacia el aeropuerto y despedirme de la familia con la que había pasado todo el verano, pero tranquila sabiendo que seguiríamos hablando por WhatsApp, Skype y que nos veríamos de nuevo antes de Navidad y en verano, sino es que más veces.

Por eso no lloré, porque estaba muy muy feliz por todo, incluso, en parte, de volver a casa y estar con los míos, pero sobretodo por haber vivido una experiencia tan maravillosa. Aunque mi avión se retrasó dos horas, aprovechamos el tiempo haciendo el idiota por los pasillos, carreras de carros, cenando, etcétera. Giorgia y yo no queriamos ver la parte triste, así que seguíamos jugando. Pero el momento de la despedida era inevitable, aunque no fue tan duro. Sé que es un hasta luego, que volveremos a estar juntas y que me tiene para lo que necesite. Ya estamos organizando todo para que venga a Barcelona el año que viene, no digo más. Llegué tardísimo a casa, a las cuatro de la mañana, y caí rendida en la cama. 

De todo eso hace ya dos semanas. Quince días en los que he aprovechado para quedar con amigos que no veía desde antes de irme e incluso del verano pasado, además de estar con mis padres en casa y en la piscina.

Giorgia y yo hemos estado hablando cada día por WhatsApp, ya que ella también seguía de vacaciones y, en cuanto volvió de Mallorca, dijo que me echaba más de menos al ver la casa vacía. Es un amor, esta chica.

El otro día un amigo me preguntó que como resumiría esta experiencia en una palabra, y creo que sería "FIGHISSIMA" que en Italiano sería como decir "alucinante". Estoy muy, pero que muy contenta de haber ido y de todo lo que he hecho, de haber practicado y mejorado el italiano, de haber repasado el inglés, de haberme atrevido a hacer algo así y, lo que es más importante, de haber vivido con una familia tan cariñosa y generosa como la de Giorgia. Les estoy muy agradecida, son increíbles. Son como una segunda familia para mí ahora, mi familia italiana. Me muero de ganas de volver. Por suerte, en un mes y poco vuelvo. Soy muy feliz.


Y, además, muchísimas gracias por haber leído las entradas y haber visitado mi blog. Me ha hecho mucha ilusión hacerlo, pero más aún ver que a la gente le interesaba. No se ha acabado aún, seguiré escribiendo las cosillas que me he ido dejando y de las cosas que pasen cuando vuelva por Italia o venga Gio.



De nuevo, gracias. 




¡Seguiré informando!

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