Bologna, Ferrara e Venezia con i miei

lunes, 24 de agosto de 2015

¡Ciao a tutti!

Nueva entrada, de nuevo, llena de fotografías. Todas ellas son de la visita que me hicieron mis padres del 14 al 19 de Agosto. Como venían varios días, ya habíamos planeado visitar un par de ciudades, además de Ferrara, que al final resultaron ser Bolonia –puesto que un día es más que suficiente, y Venecia, que todos queríamos verla de nuevo.

El viernes llegó en seguida, porque como ya expliqué, estuve en Ferrara con Giorgia en el piso que tienen la familia allí, así que no tuve tiempo para darme cuenta de que los días pasaban y ponerme nerviosa. Era todo muy raro. Llegó el jueves y los padres y ella me decían "mañana vienen tus padres", pero yo no lo asimilaba. Pero al día siguiente estaba hecha un manojo de nervios esperándoles en la recepción del hotel. Había ido a la oficina de Turismo para coger información de Ferrara y poder explicarles todo bien y, mientras la estaba leyendo, de repente entraron y... ¡Ay! Corrí a darles el abrazo más esperado de todos! Estuvimos un montón de rato saludándonos y dando abrazos, hasta que decidimos ir a la habitación para que ellos pudiesen dejar las maletas y todo. Decir que estaba feliz es poco, muy poco. Habíamos hecho FaceTime muchas veces, pero aún así tenía mil cosas que explicarles, además de enseñarles el centro de la ciudad. Hablamos, hablamos y hablamos. Fue perfecto. Mi madre y yo aprovechamos para ir de tiendas, ya que mi padre quería descansar. Pero aparte de eso, no hicimos mucho más, porque quedaban varios días por delante. Esa noche fuimos a cenar a casa de Giorgia, para que ambas familias se conocieran. Pese al miedo de no entenderse, al final hablando un mix entre Español e Italiano, todo fue genial. Se reían, explicaban cosas... parecía que se conocieran de hace tiempo.

Giorgia preparó este detalle, además de toda la mesa decorada con velas.

El día siguiente,  sábado 15, era Ferragosto, día festivo muy importante en Italia en el que todos los italianos aprovechan para irse a la costa, por lo que visitar Venecia o cualquier ciudad costera quedaba descartado. Además, la noche anterior, la velada se alargó hasta las tres de la mañana, así que ni mis padres ni yo teníamos ganas de madrugar. Yo dormía en el piso de Ferrara, para poder estar con ellos, así que cuando me desperté, después de desayunar y arreglarme, fui hacia el hotel. Al final decidimos ir a Bolonia, que está a 20 minutos en tren y ¿lo mejor? que gracias a la festividad, estaba literalmente vacía. Tan sólo turistas caminaban por sus calles, y el día era muy bueno puesto que por la noche había llovido, así que no hacía nada de calor.

Una de las dos torres está inclinada, de igual forma que la Torre de Pisa, aunque no sé el motivo. 
Desde la pequeña ventana que se ve en una de las fotos anteriores, se puede ver el único canal que ha sobrevivido de todos los que, antiguamente, recorrían Bolonia, que se encuentran soterrados, y la vista recuerda a la misma Venecia.

Después de visitar todo lo que queríamos y de comer a eso de las cinco y media, decidimos volver, puesto que estábamos cansados de caminar y además se acercaba una tormenta que, por suerte, empezó cuando estábamos cerca del hotel. Como la lluvia seguiría el día siguiente, pensamos que era mejor quedarnos en Ferrara, ya que visitar Venecia con ese tiempo no valía la pena. Así que aproveché para explicarles todo lo que había leído en las guías y hacer fotos a la ciudad que tanto me había gustado desde que llegué.

 
Piazza Ariostea, de día parece desierta, pero es donde encuentras a todo el mundo que sale de fiesta o a dar vueltas de noche.
Palazzo Diamanti, con 8.500 piedras talladas con dicha forma.
Piazza Tiento e Trieste, centro de la ciudad y plaza del Duomo.


Nuestro último viaje fue a la mágica Venecia. Tenía muchas ganas de volver con ellos y pasear sin el calor de la otra vez. Ese lunes hacía sol, un poco de aire y el calor era soportable. Así que pudimos visitar todos los rincones de la ciudad, desde la Piazza San Marco hasta el Ponte di Rialto. Hice mil y una fotos –como no hacerlas en un sitio como este, y aún no las he visto todas.

 

Recién llegados a Venecia, junto al Palazzo Ducale.

Canal Grande desde el Ponte dell'Accademia, Venecia. 
Los mejores padres del mundo en una de las ciudades más bonitas del mundo.

Esa noche volvimos a cenar con la familia, como despedida, porque el día siguiente era el último y sería difícil vernos, puesto que ellos trabajaban. El martes aprovechamos para comprar algunos regalos de recuerdo y ver lo que quedaba por ver. Pero todo tranquilo, disfrutando del día sin necesidad de visitar cada rincón o ir a todos sitios. Tan sólo se trataba de pasar un día juntos. El miércoles, ya era el día de despedida. Se iban después de comer, por lo que aún pude estar un rato con ellos por la mañana. Se me hizo duro decirles adiós, pero por suerte sabía que en diez días yo volvía a casa, no eran dos meses como la otra vez, por lo que era más un hasta luego. ¡Y además hemos podido disfrutar de nuestras minivacaciones!


¡Seguiré informando!


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